CRONICA DE UN DIA... CARLOS BARCO

Una vez mas he tenido la suerte, la gran suerte, de poder visitar una casa culinaria a la cual ya le tenía ganas y además, la gran suerte de poder disfrutarlo con personas que comparten conmigo ese ansia de probar, catar, analizar, sentir, oler, degustar y vivir cada plato como si fuera el primero: mi marido, que disfruta aunque diga que lo hace por mí; Eva, a la cual he conocido este fin de semana gracias al premio que nos tocó a las dos por participar en el sorteo que Abacería Serrana organizó y de la que tengo que decir que parece que nos conocemos de toda la vida y con la que creo que compartiré muchas cosas en adelante; y su marido Carlos, encantador como ella, sobran las palabras.

Llegamos al parking del restaurante salmantino que lleva el nombre de su gran chef, Carlos Barco.

Nadie diría que ahí se ubica uno de los mejores restaurantes de Salamanca, encima de una gasolinera y a las afueras de la ciudad universitaria. Extrañados y sorprendidos por el extraño lugar, accedemos a él expectantes. Estoy segura de que Eva comparte conmigo los nervios y el gusanillo por dentro, desde luego yo lo tengo en ese momento, y me pasa siempre que llego a sitios que ansío.

Nos recibe Marta, Jefa de Sala y compañera de viaje de Carlos, y amablemente nos ubica en nuestra mesa y nos ofrece la carta en la que vemos que dispone de una amplia oferta y un menú gastronómico corto compuesto por 6 platos y un precio de 38 euros por persona mas bodega, y un menú gastronómico largo, siendo éste 9 platos y un precio de 45 euros por persona mas bodega.

Evidentemente, elegimos el gastronómico largo, y nos preparamos para pegarnos una sentada a comer bien, beber bien y disfrutar de un baile de platos a cada cual mas bien preparado y especialmente dedicados por las manos de su gran cocinero.

Sabores, olores, colores, texturas, presentaciones, … arte, arte, arte….. hasta en las venas!

A la hora de elegir el vino, asesorados por Oskar nos decantamos por un Emilio Moro de crianza, denominación de origen Ribera del Duero.

A continuación, dio comienzo el festín.

Boquerones en tempura de especias morunas


Ensalada de sardina ahumada, mejillón, espárrago y tomate semiseco.

Bocadillo de jamón 2011

Bloque de foie envuelto en presa semicurada sobre dulce de calabaza y brotes de alfalfa.

Corte de atún rojo templado, foie de mar, ajos tiernos y caldo de soja

Steak tartare de ternera de Salamanca, con helado de su aliño, mostaza de anchoas y toques orientales

Tabla de quesos

Canutillos crujientes, mousse de choco-café, tierra y helado de cerveza de abadía

Tempura de chocolate con helado de haba tonca y caramelo de café

A partir de aquí la tarde rodó sola,…. Sobremesa con el anfitrión, cómodos y relajados sin ninguna prisa. Amablemente y a petición mía, nos mostró las entrañas del reino y pasamos a la cocina, la nevera, el almacén…. Una perfecta armonía en la que en todas las estancias se veían dominadas por su rey, él, evidentemente.

Con pena nos despedimos de Carlos, el cual se mostró afable y entregado en todo momento y al que desde aquí agradezco enormemente su disposición, su cariño, su cocina, su trato y su profesionalidad. Por supuesto, la calidad del producto, frescura en las elaboraciones, originalidad en la presentación y un alto nivel técnico son la constante de este restaurante y de su Chef.

Suerte y hasta siempre.